Jacques Hury desea castigar con dureza a un ladrón de leña al que ha sorprendido en pleno robo en tierras de su futuro suegro, para quien trabaja. Habla incluso de sacar la navaja y cortarle las orejas. Jacques es ante todo un hombre justo, duro a la hora de exigir el cumplimiento de la justicia, que se concreta en dar a cada uno lo suyo. El padre de su amada Violaine, el dueño de los árboles, se lo impide e, incluso, le ordena que le regale otro fardo, y explica:
Cuenta Paul Claudel, en su inmortal obra teatral L'annonce faite a Marie, un bello ejemplo de misericordia con el prójimo para poder uno mismo esperar de Dios el mismo trato.
Jacques Hury desea castigar con dureza a un ladrón de leña al que ha sorprendido en pleno robo en tierras de su futuro suegro, para quien trabaja. Habla incluso de sacar la navaja y cortarle las orejas. Jacques es ante todo un hombre justo, duro a la hora de exigir el cumplimiento de la justicia, que se concreta en dar a cada uno lo suyo. El padre de su amada Violaine, el dueño de los árboles, se lo impide e, incluso, le ordena que le regale otro fardo, y explica:
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Recuerdo el caso de un universitario que durante el curso asistía diariamente a Misa y pasó unas cortas vacaciones, en su ciudad natal, donde hay un famosísimo santuario mariano. Al regreso le pregunté si también entonces había asistido a Misa todos los días, dijo que no; luego recapacitó y dijo: sí, una vez. Me llamó la atención esa "única" vez y me animé a preguntarle el motivo. "Es que se examinaba un primo mío del carné de conducir y fui a pedírselo a la Virgen". Y más curiosidad: "¿Y qué pasó?" . "Que suspendió", contestó. Casi me alegré, entiéndase, porque la Santa Misa, la Comunión, no es "sólo para eso" o tan "automático". Porque, sacando las cosas de quicio, podía decirle a su primo: yo voy a Misa y se lo pido a la Virgen y ni hace falta que hagas el examen, estás aprobado.
El nombre de William Holman Hunt, junto a los de Rossetti y Milais, va unido a la fundación del llamado movimiento prerrafaelista. Este notable pintor inglés (1827-1910) realizó un hermoso cuadro en el que aparecía Jesucristo llamando a la puerta de una casa. Un día pidió a un grupo de artistas que examinaran el lienzo y vieran si había algún error en él. Sólo hubo uno que dio en el clavo:
El 29 de marzo de 1621, a la edad de tan sólo 43 años, entrega su alma el rey Felipe III, el monarca más poderoso de su tiempo, cuando en el imperio español todavía "no se ponía el sol".
Una horas antes de morir hizo llamar a su hijo primogénito para que el penoso espectáculo le sirviese de lección inolvidable. Advirtió a los servidores que le alumbrasen con candelabros e indicó que el futuro Felipe IV se acercase al lecho: No cabe duda de que el "elemento humano" de la Iglesia deja, a veces, algo que desear; o dejamos algo que desear, para ser más precisos. Pero los errores y pecados de los hombres no ensombrecen su carácter sobrenatural. Quizás sucede lo contrario: ponen más de relieve que, a pesar de los pesares, la barca de Pedro supera tempestades y vence temporales que parecían hundirla.
Algo se ha hablado ya de Henri Bergson (v. "Fe", anécdota nº 133). El gran filósofo francés gozó de un prestigio mítico entre los ambientes cultos; no sólo los estrictamente filosóficos o científicos. Formaba parte de le tout Paris, y sus conferencias constituían un verdadero acontecimiento social. Pero a Bergson no le hacía feliz ese éxito. Le molestaba ser considerado como escritor u orador brillante. Se cuenta que un día, a la salida de una conferencia, una dama le felicitó con estas palabras:
Santa Catalina de Siena fue favorecida por Dios con muchos dones sobrenaturales, como es de sobra sabido. Pero hay una enseñanza que Dios le da desde muy temprano y que será como sólido cimiento de su vida cristiana y base sobre la que situar cualquier don extraordinario, y es lo que Cristo le hace saber un día:
-¿Sabes, hija, quién eres tú y quién soy yo? En la catedral de Sens puede contemplarse una preciosa vidriera que representa e ilustra la parábola del buen samaritano. Podría servir para llevar allá a los niños y darles la oportuna catequesis en torno a la caída y a la redención. Emilio Mâle explica el contenido en su libro sobre El arte religioso en el siglo XIII en Francia (cfr. Ch. Journet, Charlas acerca de la gracia). Se trata de una interpretación de la parábola muy del gusto de los Padres de la Iglesia, como, por ejemplo, San Agustín.
La madre de San Juan Bosco, Margarita Occhiena, conocida como "Mamá Margarita", fue una mujer extraordinaria, que se entregó en cuerpo y alma a ayudar a su hijo en sus tareas apostólicas y caritativas. Durante años y años fue una verdadera madre para los cientos de chicos que Don Bosco iba recogiendo y formando. Ante tan grandes trabajos sólo tuvo un momento de desfallecimiento.
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que definen en qué consiste la virtud de la fortaleza es la capacidad de lanzarse con audacia a empresas que merecen la pena. El que se "arruga" ante los obstáculos es débil y no llega a ninguna parte. Cierta gestoría se anunciaba en su publicidad de la siguiente manera: "Las cosas difíciles las resuelve nuestra secretaria en el acto. Para lo muy difícil nos basta con cinco minutos. Con los milagros tardamos un poco más".
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