Algo se ha hablado ya de Henri Bergson (v. "Fe", anécdota nº 133). El gran filósofo francés gozó de un prestigio mítico entre los ambientes cultos; no sólo los estrictamente filosóficos o científicos. Formaba parte de le tout Paris, y sus conferencias constituían un verdadero acontecimiento social. Pero a Bergson no le hacía feliz ese éxito. Le molestaba ser considerado como escritor u orador brillante. Se cuenta que un día, a la salida de una conferencia, una dama le felicitó con estas palabras:
0 Comments
Santa Catalina de Siena fue favorecida por Dios con muchos dones sobrenaturales, como es de sobra sabido. Pero hay una enseñanza que Dios le da desde muy temprano y que será como sólido cimiento de su vida cristiana y base sobre la que situar cualquier don extraordinario, y es lo que Cristo le hace saber un día:
-¿Sabes, hija, quién eres tú y quién soy yo? |
Archivos
April 2014
Categorías
All
|