-¿Sabes, hija, quién eres tú y quién soy yo?
-Tú eres la que no es; y Yo, el que soy. Si tuvieres en el alma tal conocimiento, el enemigo no podrá engañarte y escaparás de todas sus insidias y adquirirás sin dificultad toda gracia, verdad y luz.
Cfr. G. Papàsogli, Catalina de Siena, Reformadora de la Iglesia