No se puede decir que Santa Catalina de Siena fue una monja, sino que más bien ingresó en lo que ahora llamaríamos una orden tercera; en concreto se afilió a las llamadas Hermanas de la Penitencia, popularmente conocidas como "Mantellate", que vivían la espiritualidad de los dominicos. Llevaban el hábito de Santo Domingo, pero habitaban en sus casas y no hacían votos. Sin embargo, ella quiso hacer por su cuenta, en el momento en que tomó el hábito, los tres votos clásicos. En lo que a obediencia se refiere, se comprometió a obedecer al religioso director de las Hermanas, a la priora y al confesor, y lo cumplió en el curso de su vida de tal modo que, estando a punto de morir, pronunciará estas palabras históricas:
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April 2014
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