-Antes de llamar al médico, tráeme al sacerdote.
Como en el caso recién reseñado, otro notable escritor, el popular Julio Verne, trabajador hasta el final de su vida, siente que su fin está cerca. Advierte algo muy importante a su esposa:
-Antes de llamar al médico, tráeme al sacerdote.
0 Comments
El ilustre historiador del arte, Juan Contreras, Marqués de Lozoya, hablaba con el no menos ilustre médico y amigo, Eduardo Ortiz de Landázuri, y le confiaba por qué principios trataba de regir toda su actividad, ya octogenario:
-Mira, Eduardo, yo procuro en mi vida atenerme a unos pocos principios: primero vivir como si me fuera a morir hoy; segundo, trabajar como si fuera eterno; y tercero, tratar de hacer hoy por lo menos lo que hice ayer. Está Bernadette Soubirous, la que había visto años antes a la Señora en la gruta de Massabielle, a las puertas de la muerte. Es el Miércoles Santo, la víspera del fallecimiento. La Virgen se la llevará al Cielo en día tan señalado como es el de la Eucaristía y el del mandamiento del amor. Respirando con extrema dificultad, exclama:
-J'ai peur... j'ai peur... ma soeur... Procede del relato de un sacerdote capellán castrense. Asegura este hombre que en diversas ocasiones se vio en la circunstancia de atender a soldados moribundos en pleno frente durante la guerra, y que, además de dar los últimos sacramentos a los que lo deseaban, no pocas veces tuvo sus cuerpos heridos entre sus brazos mientras les decía palabras de consuelo para animarles en ese trance duro. Y las palabras que con más frecuencia escuchó de los labios de los heridos, en medio muchas veces del delirio de la fiebre, en la oscuridad de la noche, eran: "Madre, madre mía". A la hora de la muerte pensaban en el ser más querido y lo echaban de menos.
El rey cruzado de Jerusalén, sucesor del primer monarca, muere el 21 de agosto de 1131. Cuando ya siente que le abandonan las fuerzas, se hace llevar a casa del patriarca de Jerusalén, lindante con el Santo Sepulcro "porque quería morir cerca de ese lugar. Hizo venir ante él a su hija mayor Melisenda, y a su yerno, Foulques de Anjou... y les dio su bendición. Dijo después que quería morir como un pobre en honor del Salvador, quien había sido pobre en este mundo por él y por los demás cristianos; inmediatamente se quitó la ropa y otras cosas pertenecientes a un rey, revistióse con un hábito religioso y se hizo canónigo según las reglas de la orden del Santo Sepulcro... Gran duelo hicieron pequeños y grandes, como hay que hacerlo por un rey bueno cuando muere".
San Fernando III el Santo (1199-1252), según el relato de Juan de Mariana en su Historia General de España, tuvo una muerte bien ejemplar. Le administró la comunión el Arzobispo de Sevilla. "Al entrar el Sacramento por la sala se dejó caer en la cama, y puestos los hinojos (las rodillas) en tierra, con un dogal al cuello y la cruz delante, como reo pecador pidió perdón de sus pecados con palabras de gran humildad; ya que quería rendir el alma, demandó perdón a cuantos allí estaban: espectáculo para quebrar los corazones, y con que todos se resolvieron en lágrimas. Tomó la candela con ambas manos y puestos los ojos en el cielo dijo: "El reino, Señor, que me diste, te lo devuelvo; desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo me ofrezco a la tierra; recibe, Señor mío, mi alma; y por los méritos de tu santísima pasión ten por bien de la colocar entre tus siervos. Dicho esto, mandó a la clerecía cantasen las letanías y el Te Deum, y rindió el espíritu bienaventurado".
En 1492, Fernando el Católico sufrió en Barcelona un terrible atentado que estuvo a punto de costarle la vida: cierto payés loco, que creía no se sabe qué extraña historia acerca de que el que matara al rey ocuparía el trono, le causó una herida en el cuello que no segó su vida gracias a una gruesa cadena de oro que colgaba del cuello. Isabel se preocupó de que preparasen un balance de deudas aún sin pagar, para satisfacerlas, para que el peso de ellas no le acusase al llegar a la presencia de Dios. Refiriéndose al atentado, escribía a su confesor, fray Hernando de Talavera: "Pues vemos cómo los reyes pueden morir en cualquier desastre, razón es de aparejar a bien morir".
|
Archivos
April 2014
Categorías
All
|