A lo que él contesto:
-Le suplico, señora, que me perdone...
Cfr. VV.AA., Forjadores del mundo contemporáneo
Algo se ha hablado ya de Henri Bergson (v. "Fe", anécdota nº 133). El gran filósofo francés gozó de un prestigio mítico entre los ambientes cultos; no sólo los estrictamente filosóficos o científicos. Formaba parte de le tout Paris, y sus conferencias constituían un verdadero acontecimiento social. Pero a Bergson no le hacía feliz ese éxito. Le molestaba ser considerado como escritor u orador brillante. Se cuenta que un día, a la salida de una conferencia, una dama le felicitó con estas palabras: -¡Maestro! ¡Cuánto me ha hecho usted pensar! A lo que él contesto: -Le suplico, señora, que me perdone... Cfr. VV.AA., Forjadores del mundo contemporáneo
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