15 de septiembre del 2013
Ex 32,7-11.13-14 / Sal 50 / 1Tim 1,12-17 / Lc 15,1-32.
¡Alegría del Padre que es amor infinito; alegría de Jesús que es perdón seguro; alegría de la Iglesia que es casa abierta para todos!
La tristeza, después de escuchar tan hermosas parábolas que reflejan la misericordia divina, no debería darse nunca; la tristeza es sólo para quienes pierden el rumbo y con esa pérdida también han perdido la esperanza. Las tres parábolas nos devuelven la confianza y el optimismo.