Tengo unas amigas que pasan horas cada día intercediendo en oración. Sus hijos ya son adultos y se han ido, así que ellas pueden dedicar más tiempo a interceder. Yo no esto en la misma fase de la vida. Sin duda, oro todos los días y tengo un diario de oración en el que escribo con regularidad. Pero durante estos años tan ocupados en los que mis tres hijos consumen la mayoría de mis horas despierta, también encuentro fortaleza en oraciones pequeñas. Me gusta llamarlas “Oraciones Filtradas”.
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XXV domingo Ordinario. Ciclo C
22 de septiembre del 2013 Am 8,4-7 / Sal 112 / 1 Tim 2,1-8 / Lc 16,1-13. Es un crimen buscar a un pobre para arruinarlo más; hacer trabajar a los empleados con horarios corridos, exhaustivos y esclavizantes; quemar mercancías para encarecer las existentes; disminuir las medidas y aumentar los precios; alterar las balanzas y obligar a los trabajadores, que necesitan un sueldo para sobrevivir, a ser tratados como cosas sin dejarlos ser personas; comprar hombres y mujeres, jóvenes y niños, que se convierten en mercancía en manos de idólatras que han perdido la noción del bien. Pareciera que esto, hermanos, lo dijera una persona la semana pasada, pero lo dijo Amos hace 2,800 años, condenando los males de su tiempo porque había comerciantes sin entrañas que por ganar más dinero violaban todas las leyes humanas y divinas, convirtiendo la ganancia injusta en otra divinidad a la que se le incensaba las 24 horas de cada día y todos los días del año; y entonces decía Dios, lo dice ahora y lo dirá siempre: NO OLVIDARE JAMÁS NINGUNA DE ESTAS ACCIONES. XVII domingo Ordinario. Ciclo C
28 de Julio de 2013 Gn 18,20-32 / Sal 137 / Col. 2,12-14 / Lc 11,1-13. Una de las condiciones para que una oración tenga eficacia delante de Aquel en quien creemos es la PERSEVERANCIA; (las otras 3 condiciones todos sabemos que son la atención, la humildad y la confianza). Perseverar a los ojos de Dios y de su Hijo nuestro Bendito Salvador es propio de los que aman. El amor no cansa y por el contrario el odio, el egoísmo y la envidia matan la alegría y bloquean el progreso cortando las alas de la generosidad. Un padre llevó a su hijito a un largo paseo por el bosque. Como era pequeño, le llevó sobre sus hombros por mucho rato. Luego le puso de pie y le dijo que tendría que caminar hasta la casa. Al rato el pequeño lloraba porque estaba muy cansado, demasiado cansado para dar un paso más.
La Ascensión del Señor. Ciclo C
12 de Mayo del 2013 Hch 1, 1-11 / Sal 46 / Heb9, 24-48; 10,19-23 / Lc 24, 46-53. Hay un lugar, cercano a Jerusalén, llamado el Monte Olivete, que se inunda de alegría desde la víspera de esta fiesta. Hoy es propiedad de musulmanes y para que los cristianos entren tienen que pagar para orar ahí un rato o para celebrar Misa. Es un edificio no grande, coronado por la media luna, y en la Ascensión de Nuestro Señor, en el atrio celebran griegos, armenios, coptos y latinos. Se mezclan la fe, la alegría y el folklor. Sólo una cosa los une a todos. Todo mundo mira hacia el firmamento; de aquí se alejó definitivamente Nuestro Señor al cielo; aquí terminó su vida terrena. Hubo, a través del tiempo, templos que fueron destruidos y vueltos a edificar, -hasta hubo una gran basílica en el S. IV, -lo cuenta S. Jerónimo, que estuvo ahí; - que tenía abierto el domo para que los peregrinos en sus plegarias, contemplaran el cielo, por el que Jesús ascendió y se les ocultó a los apóstoles porque una nube lo cubrió. Han cambiado muchas veces paredes, columnas, y altura o materiales de aquel edificio sagrado, pero el lugar, la colina y el cielo azul son los mismos. III domingo de Pascua. Ciclo C
14 de abril de 2013 Hch 5,27b-32.40b-41 / Sal 29 / Ap 5, 11-14 / Jn 21, 1-19. Cuando Dios con su gracia, hermanos, inunda el corazón, las realidades temporales se viven de otro modo. Lo común es que todos nosotros, por ser humanos, e incluso bautizados y conscientes de nuestra fe; seguros de la gracia de Dios que nunca falla, buscamos ordinariamente lo agradable y placentero, y también rehuimos el esfuerzo al sufrimiento y a la renuncia a nuestros gustos y apetitos. Los Apóstoles, con Pedro a la cabeza, predicaban sin complejos a Jesucristo resucitado y aquel hecho -reconocido por toda Jerusalén- fué reprobado por los mismos que habían pedido la condena y muerte del Redentor. La respuesta de quienes habían evangelizado en unos días la ciudad entera fué: “Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres”.
Lunes del amor que unge los pies de Jesús. Es María de Betania, con una libra de perfume de nardo auténtico, "muy costoso". Así es el verdadero amor: no mira el precio. Da lo mejor que tiene. El amor unge a la persona amada. Ungir es darle otro aroma. Ella puede oler mal. Los pies de Jesús no dejaban de ser pies. El amor de Maria les dio un olor muy diferente. Así es el amor: cambia lo desagradable en deleitoso y lo repugnante en inspirador.
En una obra del escritor brasileño Pedro Bloch encuentro un diálogo con un niño que me deja literalmente conmovido.
- ¿Rezas a Dios? - pregunta Bloch. |
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April 2014
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