El hombre aquel estaba muy preocupado porque, según le habían dicho, era un presagio malo eso de soñar algo acerca de tales animales. La mujer de este trabajador, tan supersticiosa como su marido, tuvo miedo y no sabía cómo interpretar aquel sueño funesto. El hijo de ellos, que era muy inteligente y nada supersticioso, y que no tenía para su padre mucho respeto filial, sirvió de “José” a aquel moderno “Faraón”, e interpretó el sueño:
Un trabajador cierta mañana contó a su esposa el siguiente sueño que él había tenido la noche anterior: “Soñé que se me acercaron cuatro ratas: la primera era muy gorda, las dos siguientes estaban muy flacas, y la cuarta estaba ciega.”
El hombre aquel estaba muy preocupado porque, según le habían dicho, era un presagio malo eso de soñar algo acerca de tales animales. La mujer de este trabajador, tan supersticiosa como su marido, tuvo miedo y no sabía cómo interpretar aquel sueño funesto. El hijo de ellos, que era muy inteligente y nada supersticioso, y que no tenía para su padre mucho respeto filial, sirvió de “José” a aquel moderno “Faraón”, e interpretó el sueño:
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“De todas las cosas que tu posees, tu expresión es una de las más importantes”.
Actitud es una expresión externa de un sentimiento interno. Actitud es el ser avanzado de nuestros verdaderos egos. Actitud es la raíz interna que produce los frutos externos. Actitud es nuestro mejor amigo o nuestro peor adversario. Actitud es más honesta y más consistente que nuestras palabras. Actitud es la mirada externa basada en nuestras experiencias pasadas. Actitud es lo que atrae gente a nosotros o las que los expulsa. Actitud nunca está contenta hasta que se expresa. Actitud es la biblioteca de nuestro pasado, el comunicador de nuestro presente y el profeta de nuestro futuro. XIX domingo Ordinario. Ciclo C
11 de agosto del 2013 Sab 18,6-9 / Sal 32 / Heb 11,1-2.8-19 / Lc 12,32-48. Toda la vida del cristiano; toda la vida de la Iglesia y toda la Escritura están impregnadas de una verdad sin la que todo se hundiría; sin ella no tendrían sentido estas tres grandes realidades; hablamos de la fe. Al inicio del Nuevo Catecismo de la Iglesia leemos: -“La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida”-. Una vez un artista estaba pintando la bóveda de un templo, y con frecuencia daba unos pasos hacia atrás en el andamio, para contemplar su obra. Se encontraba tan absorto contemplando su trabajo, que no se había dado cuenta de que iba a caer en el pavimento que estaba a gran distancia del andamio.
Otro pintor, hermano de aquel, viéndolo en peligro y comprendiendo que una palabra podría apresurar su caída, arrojó una brocha sobre el cuadro que contemplaba el artista que estaba en peligro. Este pintor, sorprendido y enojado, violentamente se dirigió hacia adelante: así se salvó de una caída que hubiera sido mortal. Así también, Dios algunas veces destruye las halagadoras esperanzas de nuestro corazón, para advertirnos el grave peligro en que estamos por causa del pecado, y para salvar nuestras almas.—Peloubet. Lerı́n, A. 500 ilustraciones Un relojito que acababa de ser terminado por el relojero, fue puesto en una repisa en la bodega, junto a dos relojes mayores que estaban muy ocupados marcando los segundos con su tictac.
-Bien- dijo uno de los relojes al recién llegado-. De modo que te has iniciado en este trabajo. Lo siento por ti. Ahora estás dando tu tictac con mucho entusiasmo, pero ya te cansarás cuando hayas marcado treinta y tres millones de tic tacs. En una ocasion en la carrera de los 100 mts con obstaculos de las olimpiadas de 1980, salieron los 8 competidores.
El numero 5 tiro el primer obstaculo, luego el segundo y el tercero; su desesperacion fue tanta que no pudo saltar totalmente el cuarto y tropezando y cayendo pesadamente. Desde el suelo vio a los demas alejarse, sin embargo se puso en pie y continuo la carrera; se dio cuenta de que su rodilla sangraba y que su pierna no tenia la fuerza necesaria por el golpe, pero aun continuo; tropezando mas adelante con otro obstaculo y cayendo nuevamente. Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, con precaución de no toparse con un chico cruzando la calle sin mirar, y al bajar la velocidad; sintió un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Trancó los frenos, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto. Un niño preguntó a su papá: -Papá, ¿cómo empiezan las guerras?
El padre, por no decir que no lo sabía, contestó: -Bueno, pues… verás. Tomemos como ejemplo la Primera Guerra Mundial. Todo empezó porque Alemania invadió Bélgica. Aquí le interrumpió su esposa: Un administrador de las granjas de la provincia de Languedoc, había acumulado, en el año 1762, una inmensa fortuna explotando a los pobres granjeros. Requerido por el Gobierno para pagar cierto impuesto dio excusa de pobreza; pero temeroso de que, denunciado por aquellos de quienes había abusado se hiciese un registro en su casa construyó un profundo compartimiento subterráneo al que bajaba por una escalera secreta.
Algún tiempo después se halló que el Sr. Fosque, había desaparecido. Se le buscó por todas partes en vano. Al cabo de algunos meses, su casa fue vendida y trabajando en la reparación de la misma, fue descubierta la puerta secreta del subterráneo con la llave en la parte de afuera. El nuevo dueño de la casa la abrió y allí fue hallado el cadáver del antiguo administrador con un candil en la mano. Había en mi casa cierta batería cuya función era dar energía para hacer tocar los timbres en diferentes cuartos.
Conociendo poco de electricidad, pensé: Puesto que la fuerza que toca las campanillas, es poder eléctrico, puedo conectar con él los focos de la luz y tener luz en mi estudio. Hice la instalación y la conecté con los alambres de los timbres. Di vuelta al interruptor pero sin producir sino una luz débil y prácticamente inútil. Consulté con un electricista quien me dijo: “¿No sabe usted que necesita mas poder para producir luz en esta clase de bombillas que para efectuar ruido haciendo tocar los timbres?” |
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