Conociendo poco de electricidad, pensé: Puesto que la fuerza que toca las campanillas, es poder eléctrico, puedo conectar con él los focos de la luz y tener luz en mi estudio. Hice la instalación y la conecté con los alambres de los timbres.
Di vuelta al interruptor pero sin producir sino una luz débil y prácticamente inútil. Consulté con un electricista quien me dijo: “¿No sabe usted que necesita mas poder para producir luz en esta clase de bombillas que para efectuar ruido haciendo tocar los timbres?”
Así se necesita más poder para alumbrar delante de quienes nos rodean y vean la luz de Jesús en nuestra vida y glorifiquen a nuestro Padre que está en los Cielos, que para hablar o figurar en muchas organizaciones.