-Estoy persuadido de que nos volveremos a ver. ¿Sabes?, cuando nos encontremos allá arriba, creo que te reconocerá por tu voz. Así que te digo simplemente: hasta la vista. Y, mientras tanto, si te encuentras algún día con mi hija, dile cuánto me arrepiento, cuánto la quiero...
La fe no le libró de la muerte, pero le dio ánimos. Ofreció ese trance especialmente por su familia y por su víctima: "No existe un Dios policía. El castigo que me espera no es una deuda que debo reembolsar, sino un don que Dios me hace".
Cfr. "Mundo Cristiano", n. 395 (Editorial Palabra ha publicado en 1995 el diario de J. Fesch: Dentro de 5 horas veré a Jesús).