Una mujer de la campiña francesa tenía escondido durante la Segunda Guerra Mundial a un comunista chino que trataba de hacerla perder la fe. Ella se limitaba a contestar a los ataques contra sus creencias:
-Usted es un hombre sabio, usted ha estudiado. Yo no sé otra cosa sino que Jesús nos ha dicho que amemos a los demás como Él nos amó.
Cfr. Ch. Journet, Charlas acerca de la gracia