-Lisa, eres una buena hija.
La cuñada se muestra sorprendida, pero Catalina le hace ver que no se le ha escapado el detalle -¿cómo podía saberlo?- y que está al tanto de lo que acaba de hacer. Y añade:
Sin comentarios...
Cfr. G. Papasogli, Santa Catalina de Siena, Reformadora de la Iglesia