- Sí, encontrarán a alguién aquí, pero ve con esta gente a un lugar seguro. Yo tomaré tu documentación -le dijo la viuda.
La mujer judía entendió el plan: la GESTAPO pensaría que ella era una prófuga judía.
-¿Por qué haces esto?
- Es lo menos que puedo hacer. Cristo ya ha hecho esto y más por mí -respondió la viuda.
Efectivamente, la viuda fue apresada en lugar de la muchacha judía y en el transcurso de seis meses murió en un campo de concentración.
La joven judía pudo eludir a la GESTAPO, pero no olvidó jamás lo que la mujer hizo por ella. El sacrificio personal es el testimonio más poderoso y la mayor herencia que una persona puede recibir.