“Estoy aquí porque me calumniaron y me acusaron injustamente”
“Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira”
De esta forma fueron pasando todos los presos y se declaraban inocentes. Hasta que llegó el último quien dijo:
“Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control y por eso lo maté. Pero hoy me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal y estoy muy arrepentido”
El juez se levantó y dijo:
Voy a liberar a este último preso.
Todos se quedaron perplejos y dijeron. Pero ¿por qué lo vas liberar a él?
El juez contestó:
El castigo es para los que esconden su falta. La misericordia para los que reconocen su falta y se arrepienten.