Al sentarse, descubrió que el chofer le había dado un dólar de más en el cambio.
Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle el dólar al conductor diciéndole, “Tome, usted me dio este dólar de más.”
El conductor, con una sonrisa le respondió, “Sé que eres el nuevo predicador del pueblo. He pensando regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si yo le daba demasiado cambio”.
Se bajó el predicador sacudido por dentro y dijo: “Oh Dios, por poco vendo a Tu Hijo por un dólar.”
Nuestras vidas serán la única Biblia que algunos leerán, asi que no olvides ser ejemplo en todo los que haces.