Nos dice Benedicto XVI:
"El corazón de Dios está inquieto con relación al hombre. Dios nos aguarda. Nos busca. Tampoco él descansa hasta dar con nosotros. El corazón de Dios está inquieto, y por eso se ha puesto en camino hacia nosotros, hacia Belén, hacia el Calvario, desde Jerusalén a Galilea y hasta los confines de la tierra. Dios está inquieto por nosotros, busca personas que se dejen contagiar de su misma inquietud, de su pasión por nosotros. Personas que lleven consigo esa búsqueda que hay en sus corazones y, al mismo tiempo, que dejan que sus corazones sean tocados por la búsqueda de Dios por nosotros." BXVI
P. Noel Lozano