De pronto ocurre lo que parece milagroso. Una nave va a pasar muy cerca de ellos, y los ha avistado. Cuando ya están cerca, los náufragos gritan pidiendo agua; no son capaces de esperar a estar a bordo. A los gritos de “¡agua!”, responden los del barco con señas de que la tomen del mar. El desconcierto es total: ¿se quieren burlar de ellos? Pero ante la insistencia de los salvadores, deciden probar el agua sobre la que viven desde hace días… y es perfectamente potable.
Luego se enterarán de que se encuentran en las cercanías de la desembocadura de un gran río de América del Sur. El caudal de agua de este río es tal que puede beberse agua dulce a muchos kilómetros de la costa.
Estamos rodeados de Dios por todas partes. Vivimos junto a Él. Y quizá sufrimos de sed por no saber hasta qué punto se halla cerca de nosotros.
Muchas veces todas las personas no podemos llegar a ver que en todo lo que hacemos y en todo momento se encuentra Dios. La ceguera del día a día, el estrés, los proyectos, tareas, estudios, trabajos, deberes, etc., nos ciega de toda la maravilla y lo que nos pone Dios en frente para ayudarnos, y que ni siquiera nos percatamos.
Tú eres afortunado porque Dios quiere que te des cuenta que Él está presente en todo momento y quiere que tú nunca olvides esto en cualquier actividad que hagas. Te está invitando a que siempre estés en presencia de Dios, que todo lo que hagas sea por Él.
Bernardo Daniel Treviño Caballero
Coordinador de Creando Conciencia