Todas las personas que estaban en el estadio se pusieron de pie y comenzaron a gritar por varios minutos; la gente que estuvo allí aún cuenta esta historia.
Aquellos jóvenes podían tener alguna deficiencia, pero no padecían la peor de las enfermedades: “La insensibilidad.”
No olvidemos que más importante en esta vida que ganar solo, es ayudar a otros a vencer también. Aunque eso signifique disminuir el paso o cambiar el curso.