Newton tomó un imán y se aproximó a un montículo de polvo de hierro mezclado con arena. Inmediatamente, las partículas de hierro se separaron de la arena. La reacción del científico: “Aquel que concedió tal poder al imán, no sería capaz de un poder mayor, de juntar el polvo de nuestro cuerpo en un cuerpo glorioso.?
En 1 Corintios 15, Pablo procura aprofundar ésta fe, demostrando como ella ayuda a vencer a todos los enemigos. De éstos, el último a ser vencido es la muerte, que ya no tiene más poder de herirnos, más sirve, apenas, de puerta para entrar en la vida eterna.
Un soldado cristiano, acostado de espalda en una trinchera, en medio de un fuego cruzado con el enemigo, oró ansioso por liberación. Miró el cielo estrellado y se acordó de su Creador, que aún vive y gobierna el mundo. Pidió que su voluntad fuese hecha y , así, volvió la paz a su corazón hasta que llegó la mañana y, también, la victória sobre el enemigo.
¡Cuántas victórias semejantes ya no fueron alcanzadas por la fe en Jesús y en la resurrección, especialmente en la hora de la muerte! ¡Cuántos cristianos recibieron, y aún reciben, el poder de entregar tranquilamente su alma a Dios, con la certeza de un encuentro definitivo con Jesús!
Esta victória es nuestra. ¡Por tanto, continuemos fuertes y firmes en el servicio al Señor!
Fuente: www.renuevodeplenitud.com