Los buitres sobrevuelan en busca de animales muertos. Cuando descubren una res muerta y podrida, descienden y se dan un atracón hasta dejar los huesos pelados. Las abejas, en contraste, sólo buscan el dulce néctar. Son muy cuidadosas al seleccionar las flores de un jardín.
Los buitres no producen nada en su alimentación, excepto temor en los que los observan en su labor. Las abejas producen panales, que destilan miel, para el beneficio de la salud y el paladar de los demás.
A diferencia de los buitres y las abejas, criaturas que no pueden elegir sus instintos ni comportamiento, nosotros sí tenemos la opción de escoger el percibir y reflexionar sobre eso. Decida alentar. Elija la virtud.
Sea para las virtudes, de su esposo o esposa, muy amable. Sea para sus faltas un poco ciego.