No obstante, cuando alguien se enfermaba, él se sentaba con el enfermo, a veces durante toda la noche. Cuando estaban hambrientos, les daba de comer. Cuando se sentían solitarios, les ofrecía un oído para escucharlos. Enseño al ignorante y siempre estuvo al lado del que se había equivocado.
El por qué de nuestro trabajo siempre determina cómo vivimos.
Lo que haga un hombre determina si su trabajo es sagrado o laico, sino el porqué lo hace.