1. El corazón nuevo es luminoso. Comparte la victoria de Cristo sobre las tinieblas del pecado y de la muerte. Posee una luz nueva: la fe. Con ella ilumina su vida y la de los demás y camina con alegría, a pesar de las inevitables lágrimas.
3. El corazón nuevo es un corazón ardiente. Desprende calor. Más aún, como el Cirio, quema. El corazón nuevo está encendido con el amor de Dios. Ya no es un corazón duro y frío; es un corazón blando y cálido. Es un corazón que, al arder, quema la basura acumulada: rencores, envidias, malas intenciones, facturas por cobrar, impurezas, etc. ¡Un corazón nuevo, luminoso, elevado y cálido! ¡Un corazón lleno de fe, de esperanza y amor! ¡Qué gran regalo nos trae el Señor con su Resurrección!
Gracias por haber seguido estas reflexiones durante la Semana Santa. ¡Felices Pascuas!
Con afecto y mi bendición,
P. Alejandro Ortega LC
Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.
Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.
P. José Pedro Manglano Castellary