Uno de los corredores de la carrera de 400 metros planos era un atleta inglés llamado Derek Redmond. Había entrenado durante años para competir en las Olimpíadas.
Toda la multitud se puso de pie y vitoreó a los dos hombres. Cuando cruzaron la meta, fue como si el corredor, su padre y los espectadores lo hubieran logrado juntos. Así es tu vida, como una carrera.
Perseverará hasta el fin siguiendo el ejemplo de aquellos que han ido antes que tu.
Necesitarás todo el vigor espiritual para terminarla, pero no corres la carrera solo. Tu Padre celestial te ayuda a llegar a la meta.