El vendedor de globos miró al pequeño y con compasión, sabiduría y comprensión le dijo: “Hijo, lo que los hace subir es lo que está adentro de ellos”.
Ciertamente el niño tuvo la fortuna de encontrar a una persona que veía no solo con sus ojos. La persona que puede ver con el corazón, también puede alcanzar a tocar el espíritu dentro de otro ser humano y revelar lo bueno que hay en su interior.
El vendedor de globos tenía razón: LO QUE ESTÁ DENTRO DE TI, ES LO QUE TE HARÁ SUBIR.