Los tres hermanos mayores contaban una tras otra, las peripecias y los problemas sufridos por haber compartido la misma habitación. También hablaron de los juegos y las bromas que se hacían y las innumerables peleas que habían tenido de chicos. Pero nada podía superar las historias de Andrea, la “hermanita menor".
De niña, el concepto de Andrea tenía mucho sentido para ella. Tenía tres hermanos varones mayores, no tenía hermanas, por lo que supuso que algún día también ella llegaría a ser varón. Por supuesto que cuando tuvo edad suficiente para comprender mejor las cosas, esta idea desapareció y sólo fue un recuerdo.
Como el crecimiento físico y la madurez se producen sin que los controlemos, cuántas veces seguimos siendo “niños en el modo de pensar“ porque, simplemente, decidimos no ejercitar las habilidades mentales para pensar o, porque los problemas que encaramos son muy difíciles. Recordemos que siempre podemos buscar la sabiduría de Dios y su dirección para crecer en nuestro entendimiento de lo que Él quiere para nosotros.
¿Estás dispuesto a aceptar ese reto hoy?