“Cuando lleguemos a la estación sucederá!”, exclamamos. “Cuando cumpla los dieciocho.” “Cuando compre un Mercedez Benz.” “Cuando se hayan graduado mis hijos.” “Cuando pague la casa”. “Cuando consiga un ascenso.” “Cuando me jubile, ¡Qué feliz voy a ser por el resto de mi vida!.
En 1992, los Juegos Olímpicos de verano se celebraron en Barcelona, España.
Uno de los corredores de la carrera de 400 metros planos era un atleta inglés llamado Derek Redmond. Había entrenado durante años para competir en las Olimpíadas. Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía:
Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal… Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph. Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.
Dicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYUDEME, SOY CIEGO”.
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, lo dió vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fué. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. |
Archivos
April 2014
Categorías
All
|