24 de marzo de 2013
Is 50,4-7 /Sal 21 /Flp 2,6-11 /Lc 22,14-23,56.
Además de que hoy escucharemos la Pasión según S. Lc. hermanos, hoy también como preámbulo tenemos unos renglones de Isaías, un trozo del Salmo 21, y algo de la carta a los Filipenses. Empezando por que en la 1ª lectura habla el Siervo de Dios, -Cristo Señor-, se presenta como quien tiene lengua de discípulo; admirable vaticinio que destaca esa sublime característica del Verbo Encarnado que con la docilidad de un niño no predica sino lo que su Padre le ha encomendado. Y continúa “para que sepa yo sostener con palabras de aliento al abatido”; no podemos dejar de pensar en quien nos dice: “Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo los aliviaré”. Me ha abierto el oído y obedecí; sabemos por el Evangelio que para Jesús el cumplimiento de la voluntad del Padre era como su alimento. Se presenta para nosotros como modelo de infancia espiritual delante de su Padre, a quien adoraba, no obstante ser igual a Él.