Dice Benedicto XVI:
Toda persona es amada por Dios de manera eterna y fiel, y descubrir esa realidad cambia verdaderamente la vida en lo más hondo. San Agustín expresa con gran intensidad su descubrimiento de Dios, suma belleza y amor, un Dios que había estado siempre cerca de él, y al que al final le abrió la mente y el corazón para ser transformado.
Se trata de un amor sin reservas que nos precede, nos sostiene y nos llama durante el camino de la vida.
P. Noel Lozano