Evangelio según San Lucas 11, 1-4 Miércoles 9 de Octubre Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos". Entonces Jesús les dijo: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación". |
Reflexión Esta oración, a pesar de parecer tan simple, es la oración más perfecta que existe. Sobre todo, porque nos revela que Dios es un Padre y que se comporta como tal. Por ello nos podemos acercar con toda confianza a él sabiendo que no fallará. La Iglesia lo ha reconocido así, y por ello, recomienda que se rece tres veces al día: en la mañana como parte de las Laudes, en la Misa, y al caer la tarde como parte de las Vísperas. Esta pequeña oración bien rezada tiene una profundidad tan grande que es capaz de llevarnos incluso a las más altas contemplaciones; el problema es que está tan desgastada que la mayoría de los cristianos la dicen de memoria y como pericos. Intenta este día rezarla en paz, con un corazón abierto al Señor y verás cómo la presencia de Dios se hace realmente fuerte en tu vida. Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. Como María, todo por Jesús y para Jesús. Pbro. Ernesto María Caro | "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos". |