Charló largo y tendido con el experto. Grabó dos cintas y tomó abundantes apuntes de aquella conversación. Balducci comentó que el Demonio no quiere que se hable de él y procura pasar inadvertido. Le contó cómo él descubre las cartas del Maligno, y que Satanás procura crearle problemas. Hay que combatirlo con la oración.
-Siempre tengo el rosario a mi lado y mi despacho lo preside la cruz. No tengo miedo.
Ni yo ni nadie entiende cómo desapareció, y puedo asegurar que hasta hoy no he encontrado ni rastro de él".
A la mañana siguiente, cuando quiso ponerse a trabajar, faltaban el bloc y las cintas. El magnetófono se había roto y las fotos que había tomado salieron veladas.
Curiosamente, el bloc y las cintas reaparecieron en el despacho dos años después, en la misma fecha, pero cuando ya no le hacían falta para nada.
Cfr. P. Gómez Borrero, Juan Pablo, amigo. La vida cotidiana en el Vaticano