-Mamá, ¿a que cuando comulgas, el alma se pone blanca?
La madre responde que sí.
El niño vuelve a la carga con otra aseveración:
-¡También se pone amarilla!
-¿Amarilla? ¿Por qué?
-Porque Jesús es Dios y Dios creó la luz. Entonces cuando comulgas, el alma se pone amarilla de luz...
Doy fe de que el relato es tal como lo narro: la madre de Javi, Lourdes Rivero, sale garante de la exactitud de la anécdota.