-Rogad a Dios que ella se hinque de rodillas a mis pies, que yo le quitaré la carroza y más.
Se cumplieron los deseos del confesor. Logró tal arrepentimiento y deseos de santidad en aquella alma, que se acabó la carroza y también los adornos que gastaba en su persona, llevando a partir de entonces vida muy austera. Años después, al enviudar, Ana Ponce de León entrará monja en el monasterio de Santa Clara de Montilla.
Es precioso el sermón que San Juan de Ávila pronuncia en Montilla el día en que la condesa toma el velo, que es el 22 de julio de 1554. Comenta el Santo que algunos no entienden esa decisión de entrar en convento, y se preguntan para qué. "Sabéis a qué entra en el monasterio? A fregar, si se lo mandaren; a barrer, si le pareciese a su prelada; a cocinar, si fuere menester; a bajarse, a ser esclava de las otras y besar la tierra que las otras huellan". El resumen que hace es éste: el reino de los cielos, según el Evangelio, es un tesoro por el que se entrega todo; por Dios uno se da por completo.