Pero el Señor le ha recordado la gran labor que hay pendiente en la tierra: la salvación de todos. Ahora la voluntad divina es que cambie el encerramiento que mantiene en su casa, y se lance por el mundo en eficaz actividad apostólica. Y, en efecto, desde ese instante la vida de la Santa cobra un nuevo rumbo. Se mueve de ciudad en ciudad, habla a la gente, escribe, remueve, convierte...
Cfr. G. Papásogli, Catalina de Siena, Reformadora de la Iglesia