-No mucho, no mucho, porque toda la noche fui molestado por un animalazo en forma de oso que se me echaba encima tratando de ahogarme.
En la vida de San Juan Bosco se dan ataques del Demonio que recuerdan bastante lo que se sabe de San Juan Ma Vianney en el mismo terreno. Hay testigos de que sufría vejaciones diabólicas y que coincidían con el momento en que se disponía a emprender alguna obra importante. Muchas veces lo maltrató brutalmente. Un discípulo le preguntó un día si había descansado bien, y el Santo contestó: -No mucho, no mucho, porque toda la noche fui molestado por un animalazo en forma de oso que se me echaba encima tratando de ahogarme. La noche en que acabó de redactar las primitivas Reglas de la Sociedad Salesiana, fruto de muchos trabajos y de muchas oraciones, el enemigo compareció y le destrozó el manuscrito, entre voces y gritos extraños, que despertaron a los que dormían cerca. Al día siguiente, Don Bosco emprendió la tarea de redactar de nuevo las Reglas.
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